HAY POBREZA EN EL PARAISO, CONÓCELA.
La semana pasada acudí a la
invitación que con motivo de la
conmemoración el 17 de octubre día internacional para la erradicación de la
pobreza nos llego desde la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión
Social. Nos invitaron a un evento cuyo título era: “ Conocer y compartir porque la lucha contra la pobreza y la exclusión
social es una prioridad” para
visibilizar a las personas en situación de exclusión social, para reflexionar sobre
la creciente pobreza. En él tuvimos la oportunidad de escuchar cuatro historias
realmente duras, situaciones de exclusión social. No repetiré aquí las
historias compartidas en torno al paro, a los desahucios, a la renta de “inclusión
social”, a las personas inmigrantes en
situación irregular, problemas para tener un lugar dónde comer, donde dormir…. era
difícil no emocionarse, lo más duro de lo que escuche es que todo aquello no
eran hechos anecdóticos, es la realidad navarra. Hemos leído estos días como la
tasa de pobreza en Navarra va en aumento y es necesario que esto no se quede
solo en nuestra cabeza por un momento, tiene que calarnos, tenemos realmente
que conocer y compartir la pobreza como decía el título de la charla, es sin
duda una prioridad. Estamos viviendo momentos de empobrecimiento general,
alrededor de 30.000 personas en “extrema pobreza”, más de 50.000 parados,
recortes en Renta Básica, Sanidad o Educación, o dificultades para acceder a la
vivienda y a los recursos mínimos.
En Navarra se recorta, se
recortan servicios, se recortan derechos, recuerdo aun al recién dimitido
Pejenaute en comparecencia a principios de mes pidiendo perdón por los retrasos
en la “nueva renta básica” prometiendo mejoras. En aquel momento me sonó cínico
y recuerdo que en un twitter ironice sobre si también los bancos aceptarían
esas mismas condiciones a quienes no pueden pagar la hipoteca, evidentemente
no, la vara de medir nunca es la misma, el débil cada vez más débil. Días después,
precisamente el día de erradicación de la pobreza sin ningún pudor aseguró que
la crisis se iba a llevar cosas a las que nos habíamos acostumbrados. Me dolió,
ya no es solo tener que escuchar que hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades ahora también nos quieren hacer creer que hemos vivido por encima
de nuestros derechos. No digo que no haya quien haya vivido por encima de sus
posibilidades pero si tengo claro que en
la mayoría de estos casos era una situación provocada por quienes obtenían
beneficios de la misma, entonces no solo no se evitaba sino que se promovía,
esta crisis, estas crisis tienen beneficiarios y culpables y no son
precisamente quienes están pagando sus consecuencias, la carga ha caído y está
cayendo sobre quienes poco pueden hacer por solucionarla, sobre quienes ven día
a día que se convierten en nadie, porque
es mejor no ver la pobreza, eso es cosa de otros lugares.
La señora Barcina nos dice que Nafarroa es el
mejor lugar del mundo para vivir, y además lo afirma añadiendo un “hay que ser
humildes”. ¿Humildes? Dudo que se refiriera realmente a la humildad, la
humildad no se proclama con orgullo desde el alto de ese Paraíso imaginario,
no. Se refería a servilismo, a mansedumbre, a ese tan cristiano sufrir con
resignación. Nos avisan que tendremos que acostumbrarnos a vivir con menos
derechos, otra más de resignación, como si los derechos se pudieran otorgar en
función del presupuesto dependiendo de lo que “sobra” a quien dicta las reglas
y el reparto. Lo he dicho en otras ocasiones pero no me importa repetirlo, los
derechos no son dádivas caritativas, los derechos son inherentes a las
personas, no se dan, se reconocen.
Vale de echar la culpa de la
crisis a quien más duramente la padece. El Gobierno dice no resignarse, no se
resigna porque viven en ese mundo suyo que nada tiene que ver con el que
pudimos compartir en la charla que comentaba al principio, yo lo que pido es
que tampoco se resignen quienes están sintiendo el filo de las tijeras. Reconozcámonos
de una vez en igualdad como personas, trabajemos por poner fin a la injusticia
social. Mientras intentan sutilmente, o no tanto, agrandar la brecha social y
hacer más clara una separación clasista-economista, luchemos por mantener los
derechos que son nuestros. Seamos conscientes de que esto no es el paraíso,
aquí vive la pobreza y la injusticia frente a esto la respuesta ha de ser
clara: solidaridad y rebelión social.