Por subjuntivo
legal
Bai, legeak hala aginduta hitza ematen dut. Sí, por
imperativo legal prometo.
No creo que haya quien desconozca
esta fórmula cada vez más utilizada en muchos ámbitos ante ciertos juramentos o
promesas que nos chirrían, yo misma la he utilizado. Había leído hace tiempo
que era una fórmula engañosa porque crea dudas sobre lo que se promete, yo por
el contrario creía que no dejaba dudas, quien la utiliza no comparte aquello
que le intentan “colar” sí o sí. Por imperativo legal hay quien promete y hay
quien pertenece a Consejos, es lo que tiene el imperativo, que te obliga. Claro
está que hablando de obligaciones podríamos hablar también de imperativos
éticos aunque supongo que estos entran dentro de los asuntos privados de cada
quien. Estas son las dos únicas explicaciones que nos dan de los negocios poco
transparentes de presidenta y compañía.
El modo imperativo se utiliza
para dar órdenes, expresar mandatos o deseos, pero cuando queremos expresar
esas órdenes en forma de ruego amable se utiliza el subjuntivo, yo creo que en
este caso más que por imperativo legal se ha actuado por subjuntivo legal.
Amablemente, a gusto, sin mayores problemas para cumplir con lo que hiciera falta,
de hecho las órdenes así expresadas se pueden interpretar como recomendaciones
mas que como imposiciones; la única imposición que veo en este caso es la que
se producía en la cuenta corriente.
El modo subjuntivo es también
conocido como el modo de lo hipotético -que no de lo hipotecario- el modo de lo
irreal. Las oraciones en presente del subjuntivo expresan deseos,
posibilidades, no tratan de hechos concretos, ese es pues el modo más utilizado
por este Gobierno, el modo de lo irreal, de lo hipotético, de lo que pudiera
ser, de lo que no es, de lo que no conocemos la inmensa mayoría, de lo que
viven en ese mundo del que escuchamos hablar, a ese al que en ocasiones me
refiero como mundo de Yupi. Me ha costado tiempo pero ahora lo entiendo, ahora
comprendo que UPN diga que Nafarroa es un paraíso, sí, su paraíso de agujeros y
parches. Agujeros negros que absorben cualquier atisbo de ética y parches
cubiertos por dinero a bajo precio y grandes rentabilidades, dinero que para
poner en su sitio hay que quitar de otro, dinero que dicen que no hay. Igual
hasta es cierto que aquí no hay dinero porque misteriosamente ha emigrado a
otros lugares más cálidos mientras aquí la educación, la sanidad, las políticas
sociales, la cultura se van muriendo en el frio invierno de los recortes.
Dicen
que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, sí, puede que se vea así
desde esa torre de marfil, las posibilidades no son las mismas, los derechos no
son los mismos.
Mientras a quien menos tiene le toca vivir el modo indicativo de la cruda realidad, sin créditos blandos, sin grandes intereses sobre rentas que no tienen, hay quien por imperativo legal- quede claro- vive de acuerdo a sus posibilidades en el modo subjuntivo, legal o no, eso ya se verá.
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