¿Época de
emergencia y miedo?

Apelan a la unidad en época de emergencia. Lo hacen
recurriendo al miedo, están sembrando el miedo en terreno abonado y este crece fuerte,
saben que les conviene que esa sensación nos invada porque el miedo paraliza y
eso es lo que pretenden paralizarnos. Yo también apelo a la unidad, apelo a la
resistencia. Unidad, sí, de acción pero desde la diversidad para que la
respuesta que demos sea realmente rica, no se trata de crear bloques ni rebaños
que se dejen llevar a no sé sabe dónde por no se sabe quién. Debemos tener
claro dónde estamos y si estamos aquí porque así lo hemos decidido y hacia
donde queremos caminar, no podemos dejar que sean la incertidumbre y el miedo
quien nos gobierne.
Sé que el panorama es negro y
entiendo la tentación de tirar la toalla, las ganas de huir por tierra, mar o
aire- como sea pero lejos- pero es tiempo de resistir los ataques porque
recordemos que Gandhi ya nos avisaba de que aunque los tiranos parezcan
invencibles durante mucho tiempo al final siempre caen y ahora también caerán.
Caerán porque los derribaremos, no podemos permitir que nos callen, podemos y
debemos frenar este retroceso a épocas de autoritarismo y sumisión.

Soy de la opinión de que todas
las personas hacemos política de una manera u otra, en nuestra familia, en
nuestro entorno de amistades, en nuestro trabajo (quien lo tiene). Nuestras decisiones
son políticas, si hablamos, si callamos, si votamos, si preferimos no hacerlo,
siendo todo ello respetable y legítimo no deja de ser política. Tengamos en
cuenta de que cuando nos hablan de dejar a un lado la política lo que nos están
pidiendo es que dejemos al margen la ideología y dudo mucho que en estos
momentos, ni en ningún otro, tengamos que dejar la ideología de lado. Soy
consciente de que la clase política se percibe como un problema por la sociedad
y no cuestiono que haya motivos suficientes para que esto sea así, pero
recordemos que a quien más le conviene el desprestigio de la labor política es
a quien ahora pretende convencer de que las decisiones son inevitablemente las
que se están tomando, a quien nos dice que no hay más alternativa que vender
nuestro poder de decisión a Alemania, a los mercados, a la economía o Perico
de los Palotes. No parece que sea la
ideología lo que se deja de lado en las decisiones que están llevando a cabo,
quien las toma sabe que son decisiones políticas y se nos pide a cambio que la
respuesta sea la no política. La ideología no es un artículo superfluo del que
podamos prescindir, es vital, es la ideología la que nos da esperanza, la que
nos muestra que hay formas alternativas, que no todo es igual.

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