sábado, 19 de noviembre de 2011

AUSTERIDAD AJENA CONTRA EL DERROCHE PROPIO




Si jugásemos al juego de las adivinanzas, tengo mis dudas sobre cuál sería la palabra más repetida; crisis, recortes, austeridad, responsabilidad, fraude, mentira… estarían entre las candidatas con total seguridad.

Algunas de ellas son grandes clásicos de la época prenavideña, se repiten año tras año en el debate de presupuestos. Aumenta la responsabilidad por metro cuadrado de forma pasmosa o al menos el alarde de la misma. Responsabilidad en virtud de la cual se vienen aceptando unos presupuestos, que lejos de sacarnos de la actual situación de crisis, nos han ido sumiendo en la desesperanza con la triste y falsa sensación de que no se puede hacer nada en contra de algo que viene dado inevitablemente, como si se tratase de lluvia. No negaré la situación de crisis global en la que nos encontramos pero también creo que es evidente que no todo el mundo está padeciendo la crisis del mismo modo y que algo tendrán que  ver las personas que por “responsabilidad” han decidido seguir las políticas actuales.


Mi cabeza estaba pues preparada para oír como cada año, en cada debate presupuestario, cómo se había de actuar responsablemente pero… este año es especial, además de ser época de presupuestos nos ha pillado en plena campaña electoral y la lista de eslóganes a escuchar se ha ampliado considerablemente.

 ¡Pelea por lo que quieres!, ¡Habla!… nos espetan, y una que no se caracteriza por estarse callada tiene ganas de responder:

¿Hablar? Ya hablo, hace mucho tiempo que lo hago ¿Quién escucha? No sirve este eslogan, hablar no es útil si nadie te escucha. Hablo con las paredes, con la sensación de que son las únicas que ponen interés en lo que digo, grito por si acaso es que existe un problema auditivo pero no, el problema no se arregla ni con los gritos de las manifestaciones en la calle ni con sordinas que podríamos regalar a quien nos gobierna.

Pelea por lo que quieres, dicen. ¡Qué ironía! Ya peleo, contesto en mi interior, peleo contra ti, contra los recortes que tú cínicamente denuncias al mismo tiempo que impones.

Recortes en políticas sociales básicas, recortes en renta básica, no, no son reajustes, se trata de dejar a mucha gente fuera de una red mínima de protección. Se trata de aumentar la injusta brecha social, se trata de ahondar en las diferencias sociales. Hay crisis, justifican. ¡Qué noticia! ¿Quién no lo sabe? Lo que parece que desconocen quienes proponen estas medidas yo-yo, medidas de ahora doy-ahora quito, medidas improvisadas, inútiles, injustificadas es que hay personas que llevan mucho tiempo viviendo en crisis, crisis sobre crisis. Se plantean presuntas soluciones que solo golpean a los sectores más débiles, a los menos protegidos, mujeres, menores, inmigrantes. Nunca se tiene en cuenta una perspectiva de género –se ignora lo qué es eso-, se ignora la perspectiva social, igualitaria. Nos venden la necesidad del recorte para que el sistema sea justo y sostenible. Sostenible, ¿Para quién? Intentan enfrentar unas necesidades contra otras, impulsan la política del  miedo a la escasez, del “Sálvese quien pueda”.  Todo vale,  es época de crisis

Buscan la austeridad y evitar el fraude. Así dicho no suena mal pero ¿de qué y de quienes estamos hablando?

Tenemos un gobierno que utiliza de bandera la austeridad, aclaremos: la austeridad del resto, austeridad para la renta básica, austeridad para recortar salarios, para la educación, para la sanidad, para las inversiones municipales, para los servicios a la ciudadanía, para la cooperación al desarrollo.

Proponen un cambio en el sistema de protección social para adaptarse a la realidad, dicen, y para evitar el fraude en la percepción de la renta básica, ojalá evitaran el fraude propio, la opacidad de los cobros legales pero a todas luces inmorales. Esta nueva regulación supone de hecho la exclusión de muchas personas, demasiadas, de la posibilidad de vivir dignamente. La ley que regulará la renta de inclusión social paradójicamente les empuja a la exclusión social. Nos vendieron la reducción de los altos cargos, la falsa merma de sus sueldos pero resulta que el porcentaje de los sueldos dedicados a los altos cargos ha subido en estos presupuestos. Es un dato llamativo, muy llamativo. Del tono ¡escandaloso!

Están aplicando parches y sólo parches. Llevan años parcheando. Eso sí, del mismo modo que Médicos sin Fronteras vende sus píldoras contra el dolor ajeno- campaña que por cierto felicito- el Gobierno aplica parches ajenos, austeridad ajena contra el derroche propio. Buscan bien qué tuerca ajustar, qué cinturón apretar, nunca el propio, siempre el ajeno.

Hay que hacer más con menos, afirman mientras  duplican cargos de calienta sillas en estructuras internas siguiendo con la política del “chiringuitismo”, inventándose secciones con sus respectivas jefaturas para gestionar menos de la mitad de lo que supone su sueldo anual. ¿Es esta su optimización de recursos? ¿Esta su austeridad? Más bien parece sinvergonzonería.

Proponen la búsqueda de soluciones nuevas para situaciones nuevas pero lo que vivimos es más de lo de siempre mentiras, engaños, fraudes.





Nekane Perez

miércoles, 9 de noviembre de 2011

No me fio


Una nueva oportunidad de enmendar errores pero… no me fio

Nos ha anunciado el Consejero de Cultura que esta vez sí, por fin, se realizará el concurso de licencias de radio. Las circunstancias no han cambiado, no pensemos que más allá del cambio de Gobierno ha pasado algo que posibilita el reparto de licencias y que antes no se podía. Se podía, se debía, pero por algún “extraño” motivo no lo hacían, eso sí, tampoco nos dan explicaciones de por qué o por qué no. 42 licencias hay para repartir, 44 si se tienen en cuenta las dos que quedaron sin repartir, puede parecer un número elevado pero no lo es, no al menos para Iruñerria o para Tudela, para Iruñerria solo hay dos licencias disponibles. No se han realizado estudios para conocer la demanda real por parte del gobierno aunque el COAN en su último informe sobre la realidad radiofónica ya adelantaba que la demanda era muy superior. Son muchas las emisoras, las compañías que quieren emitir en esta zona.

La pregunta es, sabiendo que la demanda es bastante superior a la oferta, ¿se podía haber hecho algo para adelantarse al problema?, es decir, ¿se podría haber planificado? La respuesta es sí, por supuesto que es posible otra cosa es el escaso interés del Gobierno por prever los problemas, por anticiparse y proponer soluciones. Podría haber solicitado al Ministerio de Industria ampliar el número de licencias pero… no lo hizo, se limitó a escribir una carta, ¿para qué más? Afirma el señor consejero que se necesitan evidencias de que realmente la demanda será mayor que la oferta, si lo que quieren son evidencias hace mucho tiempo que podían haber hecho la convocatoria o mejor aún realizar un estudio para conocer los déficits comunicativos de la zona, cuáles son las demandas que la ciudadanía considera que no se satisfacen. En este reparto, ¿se van a tener en cuenta las necesidades que existen en el ámbito de la comunicación social? Las nuevas frecuencias tendrían que cubrir las necesidades complementado una oferta ya existente Es difícil hacerlo si no se conoce cuáles son esas necesidades, quizá no interese la pluralidad, quizá prefieran seguir con la estrategia restrictiva y basada en el amiguismo de reparto que han utilizado hasta ahora.

Intentarán agilizar las cosas para diciembre, de momento han sacado un borrador de decreto, un borrador que no tiene en cuenta los problemas tenidos hasta ahora. Parece ser que para este Gobierno hay muchas cosas, demasiadas, que pertenecen al pasado, un pasado que pretende que olvidemos y del que ni siquiera pretenden aprender. En ese borrador no se tiene en cuenta la necesaria presencia de expertos en la mesa de valoración, contemplan la presencia de economistas y juristas, parece lógico que participen también personas con criterio, experiencia y formación en el mundo de comunicación social, especialistas en periodismo, en ciencias de la información. ¿Alguien se imagina que en las oposiciones para profesorado solo se siguieran criterios legales y económicos? Nadie cuestiona que el tribunal de oposiciones de educación tiene que ser con personas que pertenecen a ese mundo, pues igual de evidente tendría que resultar que ocurriera esto en la mesa de valoración de proyectos radiofónicos. No se cuestiona cuál es el proyecto en cuestión, cuál es la aportación que realiza, ¿que ha de ser viable? Exijámoslo como requisito para presentarse, no como mérito, del mismo modo que no es un mérito cumplir los requisitos cuando te presentas a las oposiciones. Es especialmente importante la presencia de especialistas en comunicación cuando sabemos que este fue una de las causas que en anteriores ocasiones provoco recurrir a empresas expertas, que no lo eran, y que los Tribunales hayan sentenciado al menos la comisión de irregularidades.

El Gobierno, conocedor de todas estas irregularidades, tendría que aprovechar para evitar que estas se cometan y lo mejor sería que lo hiciera ya desde el principio, marcando unos criterios objetivos y claros, estableciendo unos objetivos, prioridades. Las radios han de cumplir con una función social, tienen que conocer el espacio en el que van a emitir, pero exigir esto entra parte de lo cuasi imposible porque dudo que el Gobierno que debiera ser garante de esta situación lo conozca.

Nafarroa, tierra de diversidad, este lema ha sido utilizado seguramente en exceso para hacer referencia a la pluralidad de  nuestra tierra. Pluralidad que se les olvida a la vuelta de la esquina, nos tratan como una sociedad monocolor, monolingüe, monocultural y no lo somos. Se lo han recordado muchas veces y desde ámbitos muy diferentes pero prefieren ser olvidando y obviando las recomendaciones recibidas. Tienen la responsabilidad de potenciar el euskera tal y como asumieron incluso en su ley del euskera, esta obligación también viene dada por la legislación actual de comunicación audiovisual

Tenemos una nueva oportunidad para hacer las cosas bien, para enmendar una injusticia cometida hace tiempo y perpetuada sin más razón que los prejuicios políticos contra el euskera. Si se quiere se puede hacer bien, no hay excusas ni razones para repetir el fraude clientelista pero… perdónenme si no me fio.



Nekane Perez


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