jueves, 26 de abril de 2012

Doblemente invisibles, palestinas bajo la ocupación



El tema de la igualdad, o mejor dicho, de la desigualdad es uno de los que me remueven las entrañas. Igualdad entre las personas, cualquiera que sea su lugar de nacimiento, cualquiera que sea su edad, su lengua… pero reconozco que algo en mi interior salta cuando hablamos de igualdad entre mujeres y hombres. Así que en este viaje a Palestina, en esta brigada al apartheid, me coloque las gafas lilas y decidí que quería ver especialmente cual era la situación de las mujeres, que quería escucharlas, que quería empaparme en su realidad, siendo consciente de que solo eran unos días. No pretendo transmitir sus vivencias, solo los  impactos que las mismas me han causado, relámpagos que te tocan en un momento.


Conocimos a muchas mujeres, muy diversas, se puede hablar mucho de cada una (http://miradasdesde.wordpress.com/ )pero solo daré unos fogonazos. No apreciamos en ellas especial religiosidad y menos aún sumisión,  no aparecieron contrarias a la religión sino contra la utilización política de la misma. Se abre en la brigada un debate que tendremos algún  día, otro más, la compatibilidad del islamismo y la igualdad, la duda es el islamismo, personalmente me sorprende que en nuestro “occidentalismo” no nos cuestionemos lo mismo sobre el cristianismo. Era obligada la pregunta sobre los llamados crímenes de honor, ellas lo tienen claro: No hay honor en los crímenes, en ninguno, asesinatos son asesinatos en cualquier lugar del mundo. A pesar de esa diversidad algo les une y es una tremenda dignidad que no mencionan pero sentimos, dignidad ante la ocupación, ante el sufrimiento de familias rotas por el muro. Se reconocen doblemente discriminadas, doblemente invisibles ante el mundo, por la ocupación y por ser mujeres, ante lo cual no priorizan, no separan. Defienden la igualdad desde la libertad de su pueblo, como una condición de un pueblo libre, la mayoría defienden un estado palestino democrático, igualitario y laico.

Sentimos rabia ante el duro relato de la situación en prisión, prisión a la que se puede ir solo por el testimonio de dos menores bajo presión. Las pocas mujeres que hay ahora en prisión, desde 1967 han sido más de 15000, sufren los mismos tratos vejatorios que cualquier hombre, las que no están presas son utilizadas habitualmente contra familiares, como espectadoras de torturas o torturadas frente a ellos. Algo se nos rompe al conocer que las mujeres dan a luz atadas con alambres  de pies y manos, sin familia, sin amigas, bajo la supervisión de un soldado con certificación médica.

Otro de los impactos fue conocer a  Rauda, orgullosa de ser mujer, de ser palestina, de ser luchadora. Ha sufrido la cárcel en su piel, en la de su pareja, en la de todos sus hijos, uno de ellos de por vida en Gaza, la mayor cárcel del mundo a cielo abierto.  Entre las líneas de trabajo del comité, cuya sede han cerrado sin motivo con todo su material dentro, el empoderamiento, necesitan mujeres que ejerzan el liderazgo, mujeres en política, no sólo para “temas de igualdad” porque tienen claro que la igualdad se trabaja desde todos los temas.

Más relámpagos para otro día. Bajo la ocupación es aún más difícil ser mujer, desde aquí mi reconocimiento, mi admiración y por qué no mi lucha, esa lucha que nos une.

viernes, 20 de abril de 2012

brigada al apartheid


Piensa que estás en tu casa, y de repente alguien decide que ésta es demasiado grande que tienes espacio de sobra y sin consultar contigo le conceden la sala a otra persona. Primero la sala, después las habitaciones, luego la cocina, te separan de quien quieres, te dejan en el baño. Al final pides que te dejen al menos una escalera para poder salir de ese baño a la calle pero te dicen que no, te obligan a pasar por controles humillantes en tu casa para decidir si te van a dejar salir. Quizá hoy sí o no, nunca sabes si llegarás a tu huerta, a tu trabajo, a tu escuela. Tienes familia fuera que quiere entrar -es tu casa- aunque ahora hasta en la puerta hay otro nombre, quieres que entren aunque sea al baño pero no pueden, está prohibido, soledad, aislamiento… Te puede parecer un sueño, una pesadilla, es la realidad palestina.

No es fácil resumir 8 días en un relato breve, no cuando estos días han sido tan intensos, tan duros, tan enriquecedores…no es mi intención. De cada uno de sus días cada miembro de la brigada podría contar una historia propia, de hecho cada día nos encargábamos de ello, la historia depende de la persona que la cuenta pero reconozco que hago mía cada una de las palabras de mis compas ( http://miradasdesde.wordpress.com) Cada quien tiene su estilo pero esto también ha sido curioso como nos hemos ido complementando, nuestra convivencia ha sido un factor positivo más en el transcurso de la brigada.

Somos 10 las personas que nos conocimos en Lavapiés dando inicio a la brigada, nuestra coordinadora nos había invitado y no nos conocíamos previamente, era una incógnita saber como encajaríamos, otra más. Solo nos unían las ganas de empaparnos en Palestina, la inquietud compartida por observar y vivir de cerca esas injusticias de las que habíamos oído tanto. No sé si éramos muy conscientes de la importancia de la formación, de empezar a hacer piña, yo ahora sí que lo soy. Empezó bien, las piezas del puzle se colocaban en su lugar sin estridencias, presagio de que el grupo funcionaría.

Fuimos llegando a Jerusalén, la primera mirada de la brigada en Jerusalén fue la concentración en el Día de la Tierra, allí las primeras demostraciones de cómo los jóvenes (muy jóvenes) soldados israelís con la prepotencia que nos transmiten en cualquier lugar, incluso quienes llegamos de madrugada sentimos su arrogante presencia en todas las esquinas, no es precisamente seguridad lo que siento por las callejuelas camino del albergue. Es allí, de madrugada cuando recibo la noticia de que faltará un miembro en la brigada, quién y la coordinadora, duro golpe. La piña decide que la distancia no nos hará ser menos brigada, coordinación en la distancia, no está pero su presencia es evidente.

A partir de ahí, el día a día es intenso, una agenda repleta de citas con movimientos sociales, civiles, con muchas personas que nos han permitido entrar en su vida, unos días en la burbuja palestina, para la brigada es una experiencia para la población palestina es su vida.

No es mi intención contar el día a día, sólo quiero resumir las sensaciones, algunos de los impactos, heridas en el corazón.

Duele ver el desprecio con el que una mujer palestina es retenida en un torno con un pequeño en brazos, duele el muro de la vergüenza, duelen los túneles, los check-points. Maldito muro que rompe familias, que roba tierras, que arranca olivos. Túneles que marcan quien va por encima y quien por debajo. Me indignan los carteles que leo en las afueras de la colonoi, siento como quieren robar el lenguaje palestino, las reivindicaciones, me parece insultante que la fuerza opresora quiera pasar por oprimida, que quien tiene agua para chapotear en su piscina disfrute ejerciendo el poder de restringir su uso a un día de cada diez en los campamentos. No es fácil ver la opulencia de las colonias y que no te hierva la sangre al pasear por el escaso medio metro que separa las casas apiladas en los campamentos, es curioso aun así ver como allí, en esas estrecheces, niños y niñas corretean y se ríen. No ocurre lo mismo en las colonias judías, quizá sea casualidad, lo dudo, pero me impresiona no ver ni una sonrisa, hay tanta tristeza, tanta amargura. Sin duda también la población judía es víctima del sionismo, sufro al pensar en cómo ha de ser educar a tus hijas e hijos, en el miedo, la desconfianza, el rencor, el odio.

Duelen muchos lugares, por ejemplo las calles vacías de Hebron, calles que un día rebosaban de movimiento, de gente que compraba u al menos observaba todo aquello que asomaba por las puertas, de mercaderes que regateaban para convencer de que lo suyo es mejor y más barato. Ahora son calles partidas, una parte que aún intenta conservar esa vida y se protege de la colonia, de la basura que echan desde la colonia con redes, la otra parte previo acceso controlado nos recibe con banderas ondeantes y soldados que recuerdan quien manda.

Lo que observamos no son actos puntuales de crueldad de personas hacía personas, no, tampoco se trata de ese conflicto religioso que quieren vender. Es el sionismo, es una política de discriminación planificada y sistemática, es el apartheid. Discriminación que se encarga de recordar siempre que hay personas de primera y de segunda, mejor dicho personas que no se ven como personas, son pura mercancía, creo que incluso los animales son mejor tratados. El sionismo desde su atalaya de hipotética democracia trata de expulsar a un pueblo de su tierra, defienden el Estado de Israel basado en la mentira, en la mentira de que era un tierra sin pueblo. Invisibilizan a las personas, a su cultura, el cruel plan la judaización se expande ante la mirada internacional.  Política que necesita un enemigo común, enemigo que supone el único cemento para que la diversidad de la población judía no salte por los aires ante las injusticias  interna que también sufren.  Siento vergüenza, esto ocurre hoy en día, esto ocurre porque dejamos que ocurra, sé que algo podemos hacer, también desde aquí podemos resistir, debemos resistir.

No todo es dolor, cuando me preguntan lo que me he traído no puedo hablar solo del dolor, de la indignación, de la impotencia. Me acompaña la lucha de miles de personas, su fuerza, su dignidad, sus ganas de luchar, su resistencia. Sé que algo nos une, mis derechos son los suyos, no cejaré en la lucha, todos los derechos para todas las personas.



Nekane Perez

domingo, 15 de abril de 2012

PALACIO DE JUSTICIA-JUSTIZIA JAUREGIA . COURTHOUSE en zona anglófona.




Hace un tiempo circuló por las redes que Obama había utilizado el euskera en su campaña en Nevada, el artículo se titulaba: “Nadie es profeta en su tierra”, y así es, al menos el euskera parece que no puede serlo en Navarra. Nuestro patrimonio, nuestro tesoro dicen, reconocido al tiempo que escondido, que no se vea mucho, lo justo, parece a veces que sea motivo de vergüenza. Quizá lo sea para quienes precisamente nos reprochan una supuesta utilización política, así le llaman a sentir orgullo por nuestra lengua.


La situación social del euskera en Navarra no es casualidad, es fruto de la marginación histórica que ha sufrido por parte de las instituciones, excluida de los usos oficiales y formales, habiendo estado incluso penalizado su uso social.

Escuchamos a UPN y PSN que hablan de despolitizar el euskera, resulta cuanto menos dudoso que el último capítulo en Tudela responda a esa estrategia de supuesta normalización política. El tema de la rotulación es curiosa y repetitivamente conflictivo, señal de que algo no funciona bien, hace no mucho hablando con gente que no es navarra no conseguían entenderlo; en realidad en Navarra tampoco conseguimos entenderlo, seamos de Tudela o de Bera.

Hemos pasado años, mociones y discursos varios para conseguir que el Baluarte tuviera una rotulación bilingüe, en ese tiempo hemos escuchado argumentos un tanto peregrinos incluso para negar lo que parecía evidente. El PSN ha abogado en muchas ocasiones por una interpretación amplia de la normativa, se les llena la boca diciendo que la ley no impide, que ratifican su apuesta por la ley y que reiteran que es el instrumento válido para el tratamiento del bilingüismo castellano-euskera en la comunidad. Esta ley necesita ser desarrollada en reglamentos y ahí es donde entra la voluntad política del Gobierno de turno. No podemos decir que lo q hace el Gobierno no es legal, ahora bien, a nuestro juicio, esa legalidad debe ir acompañada de una cierta sensatez. No son nuestras palabras, son las de PSN en una de sus intervenciones, no es cuestión de repetir todas pero estas de la legislatura pasada hablando de voluntad política y de sensatez son significativas. ¿Tendrá el actual Gobierno tanta sensatez como le pedían al anterior? ¿Se notará la aportación del PSN a la coalición? De momento no parece que la presencia de Roberto Jiménez haya ayudado a la rotulación bilingüe. Durante semanas se podía ver Palacio de Justicia- Justizia Jauregia en la fachada, no parece que hiciera daño a nadie. Es mas, este tipo de pequeñas actuaciones acerca el euskera a todas las personas, sin imponer nada, nos familiariza con algo que nunca debió de sernos extraño.

Nuestra opinión sobre la ley y su aplicación es de sobra conocida, no podemos apoyar una ley restrictiva, una ley que conculca los derechos lingüísticos, una ley cuya aplicación va en contra de aquello que dice querer proteger. Tenemos claro que necesitamos realmente una nueva normativa, una cuyo objetivo sea normalizar el uso del euskera, que nos permita hacer de nuestra lengua instrumento de integración y cohesión, los derechos lingüísticos no pueden ser zonificados, no tiene sentido que nos hablen de potenciar el multilingüismo y luego no se disponga de políticas que protejan y refuercen la lengua propia socialmente más débil, el euskera. Esa ley que se supone quieren cumplir cuando retiran la rotulación del Palacio de Justicia, dice que: El castellano y el vascuence son lenguas propias de Navarra y, en consecuencia, todos los ciudadanos tienen derecho a conocerlas y a usarlas. Es cierto que el artículo 17 del Decreto 29/2003 sobre la utilización del euskera en la administración obliga a que los rótulos estén en castellano pero no prohíbe en ningún momento la presencia del euskera. Una interpretación no restrictiva de este decreto permitiría la utilización bilingüe, más si tenemos en cuenta que la ley del vascuence tiene entre sus objetivos proteger la recuperación y el desarrollo del vascuence en Navarra. Nadie se sorprende de ver rótulos en varios idiomas en cualquier lugar, seguramente si en lugar de Justizia Jauregia pusiera Courthouse aún seguiría en la fachada, nadie se propone zonificar el conocimiento de las lenguas extranjeras, se considera necesario, positivo y símbolo de progreso ¿Por qué esconder la lengua propia que se supone se quiere proteger? 

¿No nos dicen que no nos adueñemos del euskera? ¿no, que es tesoro de todas y todos? Pues demuéstrennoslo y no levanten barreras donde no las hay, dejen a la gente disfrutar de su patrimonio y dejen que el euskera nos vaya empapando.  Porque el euskera es nuestro, si a la rotulación bilingüe Palacio de Justicia-Justizia Jauregia

jueves, 12 de abril de 2012

miradas desde Bethlehem



La brigada ha ido escribiendo día a día el viaje, aquí os transcribo la entrada que me ha tocado, la de Bethlehem, pero os recomiendo un paseo por el blog Miradas desde: http://miradasdesde.wordpress.com/


Empezamos el día como siempre, corriendo. Esta noche será la primera que durmamos fuera de Jerusalem, en Bethlehem. Después de recoger sacos y mochilas entre risas un desayuno rápido y de estación en estación, nuestra compa L. nos apoya, nos guía en la distancia. Está con la brigada, lo sentimos, pero es tan difícil no perderse en nuestra inexperiencia que a veces se nos hace duro y nuestros nervios nos delatan.

Al fin, a la tercera, llegamos al bus adecuado, aprovecho a escribir estas líneas a sabiendas de que hoy también se hará tarde y no podré relatar el día en condiciones. Siguen los percances y nos bajamos antes de nuestra parada, se pasa el tiempo hasta que conseguimos llegar a Bethlehem.

La primera cita es con el alcalde, compartimos un té en una visita más institucional de lo que nos hubiera gustado pero su agenda es la que es y la verdad es que no podemos quejarnos porque haya donde vamos nos dejan entrar en sus vidas. Nos recuerda que este conflicto es asimétrico, que intentan ahogarles. El poder de la ocupación se siente en todos los ámbitos del día a día, Israel controla su economía, intentan vivir del turismo pero no es fácil, todo son dificultades, últimamente han conseguido aumentar el número de pernoctaciones pero aun así la población se sabe acorralada. La agricultura siempre ha sido un pilar importante de la economía palestina pero... eso también eran otros tiempos, tiempos de olivos que ahora son arrancados para adornar las colonias. Ahora tienen que hacer frente a la separación que les impone el muro, las familias no pueden llegar a sus terrenos y no podemos olvidar que la gestión del agua está en manos de Israel, la distribución de este recurso es de todo menos equitativa, no responde a las necesidades si no a la presión necesaria para que nadie se olvide quien manda. Nos cuenta las penurias de los viajes, de los trayectos diarios, algo que tendremos la oportunidad de comprobar más adelante. Aislamiento, control, discriminación planificada y sistemática. Tiene claro que la política que se ejerce no es casual, está dentro de un plan, el plan de invisibilizar aquello que no entra en el "limpio" estado de Israel.

Nuevamente se percibe el pesimismo ante la posibilidad de una solución, pesimismo que bien podría llevar a la gente al desánimo y abandono, lejos de eso la palabra clave es RESISTENCIA. En todos los lugares visitados se repite: estar, existir, vivir, pervivir, sobrevivir, resistencia diaria que a veces se refleja en el "simple" hecho de ir a la escuela o intentarlo.

Nos sacamos una foto de familia- cuando podamos colgaremos esa y muchas más ;)- con la bufanda que nos ha regalado. Salimos del despacho, teníamos otra reunión política con gente de Fatah pero el tiempo se nos ha echado encima y tenemos que renunciar, personalmente me hubiera gustado poder escuchar su opinión y saber su visión de la realidad política del momento. No parece que la gente, no al menos la gente con la que hemos compartido momentos, este satisfecha de la gestión política.

Estos días hemos tenido la oportunidad de sentir la desconfianza y el resquemor hacia la política, nadie cree en soluciones políticas, más en la resistencia de la sociedad, en los movimientos sociales. La sensación de que la política no responde a las necesidades reales está muy expandida, triste sentimiento de división, de búsqueda de intereses propios por encima del interés común, esto desde luego no parece que beneficie a la resistencia... Con la happy-ingenuidad que me caracteriza en ocasiones espero que realmente, allí y en cualquier lugar del mundo, las personas seamos capaces de hacer política de un modo diferente y eficaz desde la calle, desde las instituciones, colaborando, sin pisotearnos mutuamente, que aprendamos de nuestros errores, que no los repitamos, pero... mientras pienso estas cosas ya estamos en otro lugar.



Visitamos lo que fue refugio de cientos de personas que acabaron comiendo hojas de los árboles,  el lugar más turístico de Bethlehem, la basílica de la Natividad, no estábamos allí por ser el lugar donde teóricamente nació Cristo, nos llevaron a conocer el claustro donde se produjo el asedio durante la segunda intifada. En el 2002, fueron muchas las personas, no todas de la resistencia, que se quisieron refugiar en la basílica pensando que el ejercito israelí no se atrevería a atacar en lugar santo, no fue así, se atrevieron... y mucho. Nos relatan un gran despliegue militar, soldados apostados que se entretenían disparando incluso al santo allí presente, cuyo nombre no recuerdo, los impactos de bala se observan fácilmente en las paredes.

De allí nos vamos a comer, un lugar acogedor donde seguir charlando, gran parte de la charla gira en torno a la educación, en particular a la educación universitaria. Un sistema complejo, hablaremos de ello en la visita a Nablus.

Una vez repuestas las fuerzas emprendemos nuevamente la marcha, caminamos entre calles, nos van contando lo que hay, la zona donde hubo mercado, actualmente todas o casi todas las tiendas están cerradas en esa zona, se ha trasladado el movimiento comercial, de alguna manera han decidido reorganizarse. Seguimos caminando y de pronto.. Allí está el monstruo, ese que habíamos visto desde el bus por otros lugares, aquí es gigante, 13 metros de altura. Sí, el muro, esa mole de cemento de la que a pesar de oír hablar mil veces te estremece cuando la tienes frente a tus ojos. Símbolo de crueldad, de dolor, de odio, excusas hemos escuchado muchas veces, en nombre de la seguridad el monstruo serpentea, no puedo hablar mucho de él, duele, duele solo con verlo. No me atrevo a imaginar el dolor que supone no verlo sino vivirlo. Recopilamos frases del muro, algunas de ellas las tuiteamos con fotos de poco peso que luego evidentemente hay que borrar.

Nos dirigimos al local de AIC, allí nos espera N.I., pasamos un buen rato con él, pero todas las horas que hubiéramos estado nos hubiesen parecido pocas. Mi cuaderno con apuntes está de camino, salí el otro día y no me podía permitir pasarlo en el aeropuerto, así que hablaré de cabeza. Fueron tantas y tantas las cosas que fue desgranando que es complicado explicarlo.

Habló del capitalismo patriarcal que alimenta este maldito conflicto colonial, de los riesgos de que el consumismo que se intenta colar por todas las esquinas conlleve un conformismo, una preocupación egoísta por la economía doméstica ( mi casa, mi coche...), consumo que hipoteca vidas, consumo que relativiza la ocupación, consumo que diluye la resistencia. Las cárceles aunque sean con barrotes de oro son cárceles. También sale el tema de la cooperación, del peligro de la misma, recuerdo nuestra discusión de Lavapiés sobre los coyotes. No podemos consentir que la pretendida cooperación ahogue los procesos de liberación de los pueblos, flaco favor hacemos desde "nuestros" Derechos Humanos, desde nuestra verdad, desde nuestro fantástico conocimiento occidental si impedimos que la resistencia viva. Habla del sionismo y de que son muchas las víctimas del mismo, no tiene dudas en asegurar que la población judía también es víctima del sionismo. Es difícil procesar todo lo que nos dice y de guinda nos deja una novedad. Normalmente cuando preguntamos qué podemos aportar la respuesta es la denuncia, en este caso también nos dice que denunciemos, que es la Comunidad internacional quien puede parar esto y eso sólo lo conseguiremos presionando, denunciando, pero no se queda ahí nos pide (y aunque no puedo explicar bien por qué cuando lo recuerdo me emociono) que luchemos, que luchemos por nuestros derechos, que no dejemos que nos arrebaten nuestros derechos, que la defensa de los derechos nos une, tan lejos y tan cerca...

Voy por el camino arrepintiéndome de haber escogido este día para escribir el blog... que complicado, pena no haber grabado sus palabras. Prometo retomar estos pensamientos cuando llegue mi cuaderno.

No me da tiempo a pensar mucho más, llegamos a un campo de refugiados, Dheisheh. Pasaremos la noche en Ibdaa center, su proyecto se basa en crear algo de la nada, es una organización de base que genera proyectos sociales, culturales y deportivos para niñxs, jóvenes y mujeres del campo de refugiados. A través de talleres de arte, danza, música, multimedia y educación, y de cooperativas de autoempleo, grupos de mujeres, han sabido integrar el trabajo de base en Dheisheh y el trabajo de solidaridad con proyectos internacionales. Un trabajo realmente impresionante, sus equipos deportivos han conseguido montones de premios que adornan la sala de reuniones. Cenamos y dormimos precisamente en uno de los proyectos que tienen que es el hostal, restaurante.

El día acaba con la reunión de valoración, organizativamente aún tenemos muchas cosas que mejorar pero... yo me quedo con lo positivo, la brigada sigue adelante y se va empapando diariamente de la resistencia.

¡Seguiremos luchando!


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