jueves, 12 de abril de 2012

miradas desde Bethlehem



La brigada ha ido escribiendo día a día el viaje, aquí os transcribo la entrada que me ha tocado, la de Bethlehem, pero os recomiendo un paseo por el blog Miradas desde: http://miradasdesde.wordpress.com/


Empezamos el día como siempre, corriendo. Esta noche será la primera que durmamos fuera de Jerusalem, en Bethlehem. Después de recoger sacos y mochilas entre risas un desayuno rápido y de estación en estación, nuestra compa L. nos apoya, nos guía en la distancia. Está con la brigada, lo sentimos, pero es tan difícil no perderse en nuestra inexperiencia que a veces se nos hace duro y nuestros nervios nos delatan.

Al fin, a la tercera, llegamos al bus adecuado, aprovecho a escribir estas líneas a sabiendas de que hoy también se hará tarde y no podré relatar el día en condiciones. Siguen los percances y nos bajamos antes de nuestra parada, se pasa el tiempo hasta que conseguimos llegar a Bethlehem.

La primera cita es con el alcalde, compartimos un té en una visita más institucional de lo que nos hubiera gustado pero su agenda es la que es y la verdad es que no podemos quejarnos porque haya donde vamos nos dejan entrar en sus vidas. Nos recuerda que este conflicto es asimétrico, que intentan ahogarles. El poder de la ocupación se siente en todos los ámbitos del día a día, Israel controla su economía, intentan vivir del turismo pero no es fácil, todo son dificultades, últimamente han conseguido aumentar el número de pernoctaciones pero aun así la población se sabe acorralada. La agricultura siempre ha sido un pilar importante de la economía palestina pero... eso también eran otros tiempos, tiempos de olivos que ahora son arrancados para adornar las colonias. Ahora tienen que hacer frente a la separación que les impone el muro, las familias no pueden llegar a sus terrenos y no podemos olvidar que la gestión del agua está en manos de Israel, la distribución de este recurso es de todo menos equitativa, no responde a las necesidades si no a la presión necesaria para que nadie se olvide quien manda. Nos cuenta las penurias de los viajes, de los trayectos diarios, algo que tendremos la oportunidad de comprobar más adelante. Aislamiento, control, discriminación planificada y sistemática. Tiene claro que la política que se ejerce no es casual, está dentro de un plan, el plan de invisibilizar aquello que no entra en el "limpio" estado de Israel.

Nuevamente se percibe el pesimismo ante la posibilidad de una solución, pesimismo que bien podría llevar a la gente al desánimo y abandono, lejos de eso la palabra clave es RESISTENCIA. En todos los lugares visitados se repite: estar, existir, vivir, pervivir, sobrevivir, resistencia diaria que a veces se refleja en el "simple" hecho de ir a la escuela o intentarlo.

Nos sacamos una foto de familia- cuando podamos colgaremos esa y muchas más ;)- con la bufanda que nos ha regalado. Salimos del despacho, teníamos otra reunión política con gente de Fatah pero el tiempo se nos ha echado encima y tenemos que renunciar, personalmente me hubiera gustado poder escuchar su opinión y saber su visión de la realidad política del momento. No parece que la gente, no al menos la gente con la que hemos compartido momentos, este satisfecha de la gestión política.

Estos días hemos tenido la oportunidad de sentir la desconfianza y el resquemor hacia la política, nadie cree en soluciones políticas, más en la resistencia de la sociedad, en los movimientos sociales. La sensación de que la política no responde a las necesidades reales está muy expandida, triste sentimiento de división, de búsqueda de intereses propios por encima del interés común, esto desde luego no parece que beneficie a la resistencia... Con la happy-ingenuidad que me caracteriza en ocasiones espero que realmente, allí y en cualquier lugar del mundo, las personas seamos capaces de hacer política de un modo diferente y eficaz desde la calle, desde las instituciones, colaborando, sin pisotearnos mutuamente, que aprendamos de nuestros errores, que no los repitamos, pero... mientras pienso estas cosas ya estamos en otro lugar.



Visitamos lo que fue refugio de cientos de personas que acabaron comiendo hojas de los árboles,  el lugar más turístico de Bethlehem, la basílica de la Natividad, no estábamos allí por ser el lugar donde teóricamente nació Cristo, nos llevaron a conocer el claustro donde se produjo el asedio durante la segunda intifada. En el 2002, fueron muchas las personas, no todas de la resistencia, que se quisieron refugiar en la basílica pensando que el ejercito israelí no se atrevería a atacar en lugar santo, no fue así, se atrevieron... y mucho. Nos relatan un gran despliegue militar, soldados apostados que se entretenían disparando incluso al santo allí presente, cuyo nombre no recuerdo, los impactos de bala se observan fácilmente en las paredes.

De allí nos vamos a comer, un lugar acogedor donde seguir charlando, gran parte de la charla gira en torno a la educación, en particular a la educación universitaria. Un sistema complejo, hablaremos de ello en la visita a Nablus.

Una vez repuestas las fuerzas emprendemos nuevamente la marcha, caminamos entre calles, nos van contando lo que hay, la zona donde hubo mercado, actualmente todas o casi todas las tiendas están cerradas en esa zona, se ha trasladado el movimiento comercial, de alguna manera han decidido reorganizarse. Seguimos caminando y de pronto.. Allí está el monstruo, ese que habíamos visto desde el bus por otros lugares, aquí es gigante, 13 metros de altura. Sí, el muro, esa mole de cemento de la que a pesar de oír hablar mil veces te estremece cuando la tienes frente a tus ojos. Símbolo de crueldad, de dolor, de odio, excusas hemos escuchado muchas veces, en nombre de la seguridad el monstruo serpentea, no puedo hablar mucho de él, duele, duele solo con verlo. No me atrevo a imaginar el dolor que supone no verlo sino vivirlo. Recopilamos frases del muro, algunas de ellas las tuiteamos con fotos de poco peso que luego evidentemente hay que borrar.

Nos dirigimos al local de AIC, allí nos espera N.I., pasamos un buen rato con él, pero todas las horas que hubiéramos estado nos hubiesen parecido pocas. Mi cuaderno con apuntes está de camino, salí el otro día y no me podía permitir pasarlo en el aeropuerto, así que hablaré de cabeza. Fueron tantas y tantas las cosas que fue desgranando que es complicado explicarlo.

Habló del capitalismo patriarcal que alimenta este maldito conflicto colonial, de los riesgos de que el consumismo que se intenta colar por todas las esquinas conlleve un conformismo, una preocupación egoísta por la economía doméstica ( mi casa, mi coche...), consumo que hipoteca vidas, consumo que relativiza la ocupación, consumo que diluye la resistencia. Las cárceles aunque sean con barrotes de oro son cárceles. También sale el tema de la cooperación, del peligro de la misma, recuerdo nuestra discusión de Lavapiés sobre los coyotes. No podemos consentir que la pretendida cooperación ahogue los procesos de liberación de los pueblos, flaco favor hacemos desde "nuestros" Derechos Humanos, desde nuestra verdad, desde nuestro fantástico conocimiento occidental si impedimos que la resistencia viva. Habla del sionismo y de que son muchas las víctimas del mismo, no tiene dudas en asegurar que la población judía también es víctima del sionismo. Es difícil procesar todo lo que nos dice y de guinda nos deja una novedad. Normalmente cuando preguntamos qué podemos aportar la respuesta es la denuncia, en este caso también nos dice que denunciemos, que es la Comunidad internacional quien puede parar esto y eso sólo lo conseguiremos presionando, denunciando, pero no se queda ahí nos pide (y aunque no puedo explicar bien por qué cuando lo recuerdo me emociono) que luchemos, que luchemos por nuestros derechos, que no dejemos que nos arrebaten nuestros derechos, que la defensa de los derechos nos une, tan lejos y tan cerca...

Voy por el camino arrepintiéndome de haber escogido este día para escribir el blog... que complicado, pena no haber grabado sus palabras. Prometo retomar estos pensamientos cuando llegue mi cuaderno.

No me da tiempo a pensar mucho más, llegamos a un campo de refugiados, Dheisheh. Pasaremos la noche en Ibdaa center, su proyecto se basa en crear algo de la nada, es una organización de base que genera proyectos sociales, culturales y deportivos para niñxs, jóvenes y mujeres del campo de refugiados. A través de talleres de arte, danza, música, multimedia y educación, y de cooperativas de autoempleo, grupos de mujeres, han sabido integrar el trabajo de base en Dheisheh y el trabajo de solidaridad con proyectos internacionales. Un trabajo realmente impresionante, sus equipos deportivos han conseguido montones de premios que adornan la sala de reuniones. Cenamos y dormimos precisamente en uno de los proyectos que tienen que es el hostal, restaurante.

El día acaba con la reunión de valoración, organizativamente aún tenemos muchas cosas que mejorar pero... yo me quedo con lo positivo, la brigada sigue adelante y se va empapando diariamente de la resistencia.

¡Seguiremos luchando!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores