lunes, 3 de diciembre de 2012

Ganar 5, gastar 2. Una de hormigas y cigarras. ¿cuestión de suerte?


 
El pasado 20 de noviembre, día en que se celebraba el Día Internacional de la Infancia, se invito a todos los grupos parlamentarios a participar en una sesión especial de trabajo en la Comisión de Políticas Sociales con la participación de un grupo de menores en situación de desprotección que el Gobierno de Navarra tiene bajo su tutela. Se trataba de que pudiéramos reflexionar sobre sus inquietudes, su percepción de la realidad, su idea de modelo de sociedad, etc…

La sesión de trabajo se convirtió en una comparecencia de un representante del Gobierno sobre la política de protección del menor, en más de una ocasión incidió en que tenían que dar gracias porque el Gobierno a través de sus mecanismos de protección les protegiera en su situación de desprotección, habló de la suerte que habían tenido. Este tipo de afirmaciones me parecieron sencillamente indignantes, no podía dar crédito a lo que estaba escuchando, ¿agradecer que el Gobierno cumpla con su responsabilidad?, ¿suerte?, ¿de qué? ¿de vivir en una situación de desamparo? Puedo entender que cada quien agradezca a su madre y a su padre la protección que le dan, el apoyo, el cariño y también las correcciones pero no veo que esto haya que pedirlo. No creo que sea lo habitual ver a una familia exigiendo que se le den las gracias, quizá porque también soy madre pero tengo claro que cada cosa que hago por mis hijos, las que hago bien e incluso las que hago mal, no las hago para que me den las gracias. Es más, he procurado enseñarles que en la familia, con los amigos y amigas, con la gente a la que quieres no se hacen las cosas para que te las devuelvan, para que te las agradezcan, no se guardan en la lista de lo que nadie te debe. Se hacen porque quieres, porque te sale del corazón y el pago de las mismas (en esta vida todo tiene un pago) es el mero hecho de hacerlo, de sentirte bien porque has cumplido con tu responsabilidad. Así que no pude callarme, no me pareció que fuese justo que se les transmitiese la idea, el valor de que hay que agradecer que se cumplan los derechos, no es una opción que tenga el Gobierno, cumplir o no, no protege a menores porque decida ser bueno. Fue bastante evidente que el representante del Gobierno no compartía esta misma visión, así que muy finamente me llamo mal educada, dejándome claro que a él le habían enseñado a ser agradecido, que él agradecía la suerte que había tenido de ser bien educado. Presumió de su buena educación porque la había mamado de la teta de su madre, me sentí ofendida, porque aunque se supone que ofende quien puede y no quien quiere no me gusto en absoluto aquello que yo sentí como una alusión a mi madre y a la educación que no me había dado, ¿Quién era aquel señor para cuestionar a mi madre? ¿que sabía él lo que me han enseñado o no? ¿Y porque tenía que ser mejor lo que él decía que lo que yo afirmaba? ¿Quién le había dado la potestad de colocarse por encima del bien y del mal determinando lo que es bueno y malo?

Además de ofensivo me resulto machista y más viviendo de un representante del Departamento de Políticas Sociales del que depende el Instituto de Familia e Igualdad. ¿Los padres no educan? ¿Es esa la visión de familia, de igualdad, de corresponsabilidad?

Tal como he mencionado al principio, el objetivo de la sesión-al margen de la lección que algunos nos quisieron dar- era conocer su percepción de la realidad. Las chicas y chicos allí presentes comenzaron a preguntar por los recortes, y como respuesta tuvimos que escuchar que en Youtube se puede ver una explicación sencilla de la crisis dada por dos mayores. No la he escuchado y no quiero escucharla porque con lo que oí en la comisión tuve bastante, según la representante del PP todo consiste en que si se ganan 5 hay que gastar solo 2 y ahorrar 3. Se supone que durante este tiempo hemos estado gastando más de lo debíamos, hemos vivido como cigarras y no como hormigas.  No podemos consentir que quien ha ganado 500, y ahora en crisis si te descuidas gana 1000, eche la culpa de la crisis a quien la está sufriendo, no debemos admitir que la crisis la hayan originado sus víctimas. No es tan simple como ganar 5 y gastar 2, a este planteamiento le fallan varías cosas:

1.       No todo el mundo gana 5, ni 2 tampoco. Hay quien no tiene esa “suerte”, supongo que ganar 5 será también una suerte ¿Sabemos que hay en estos momentos muchas familias sin ingresos? ¿Son familias de cigarras?

2.       ¿El gasto mínimo es 2? ¿Con 2 se puede comer, pagar la luz, el agua, el gas, gastos escolares, transporte? Claro, no importa que suba el IVA, no importa que suban los alimentos, el gas, la luz… supongo que a eso hay que hacerle frente con los 3 ahorrados de los 5 que no se ganan.

3.       ¿Quiénes recogían esos 3 de más que íbamos gastando eran las hormigas? ¿Cuánto gana y cuánto gasta quien ha impulsado el consumo compulsivo? ¿Quién ha ganado dinero y sigue haciéndolo fruto de la burbuja de presunto bienestar en la que hemos vivido?

 

Reconozco que no soy una experta, y que no tengo una varita mágica para resolver la situación actual pero sin duda la respuesta no debe pasar por culpabilizar a quien más está sufriendo la crisis. Esta crisis tiene culpables y desde luego no son las familias sin ingresos ni las personas en paro.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores