Igualdad en Navarra. Un “Bar-cinismo”, poco bar y mucho cinismo
El actual instituto navarro para la igualdad comenzó sus pasos como instituto navarro de la mujer, esa nueva denominación es, a mi juicio, más adecuada que la anterior porque no solo somos las mujeres las que tenemos que luchar por la igualdad, ni tampoco la misma nos beneficiará a nosotras en exclusiva. Podemos considerar, yo al menos así lo hago, que ese fue un paso, un paso más en intenciones que en realidades pero en todo caso positivo.
Ahora ya no será instituto navarro para la igualdad, pasará a denominarse instituto navarro para la igualdad y la familia. ¿A alguien se le ocurre que existiera un instituto para el deporte y la dependencia? Seguramente no, parecen en principio por lo menos temas bien diferentes del mismo modo que la igualdad y la familia. Hablando de familia, ¿qué tipo de familia? Se habla de la familia como si solo existiera un modelo de familia cuando a estas alturas ya sabemos que no es así, que la diversidad familiar es enorme. Se habla de familia porque se tiene una idea clara y preconcebida en la cabeza, la familia blanca, heterosexual, capitalista y por supuesto católica, lo que viene a ser “una familia como Dios manda” con sus hijos e hijas, tantas como nos mande el Señor, y puede que algún perro o gato.
Si que es cierto que en la familia hay que trabajar el tema de la igualdad, porque en familia educamos, y la igualdad es uno de los valores fundamentales en los que hemos de educar pero también valores fundamentales son el respeto al medio ambiente, la solidaridad, la justicia y no se une la familia con cualquiera de estos ámbitos. Sin irnos a valores tan fundamentales, y por ver lo ridículo que puede resultar la unión por ese motivo, también trabajamos la educación vial y de momento no se les ha ocurrido hablar de un instituto de seguridad vial y familia.
Quizá no lo han relacionado por educación sino por el tema de conciliación, y es que piensan en familia y en el tema de cuidado de personas, como que solo tuvieran que conciliar las personas con familiares a su cargo, también se debe promover la conciliación entre la vida personal y laboral de las personas sin familiares a su cuidado, y dicho sea de paso mejor, en el tema de las labores domésticas y de cuidado, hablar de corresponsabilidad y no de conciliación porque quizá por una mala utilización se identifica en la mayoría de las ocasiones conciliación como política de igualdad para las mujeres.
Además de mostrar unas breves pinceladas de mi incomprensión sobre esta unión de hecho entre familia e igualdad quiero compartir mi preocupación por la misma. No hace muchos días podíamos leer datos sobre la diferencia entre la dedicación horaria de las mujeres y los hombres en Navarra a las tareas del cuidado, nada nuevo ni sorprendente, sencillamente se constataba que los hombres dedican más tiempo a las actividades deportivas y de ocio que las mujeres. Teniendo en cuenta que todavía se piensa con el “chip” de igualdad = mujer me parece que unir igualdad con familia es perpetuar el rol de la mujer en su dedicación a la familia y si ya es preocupante que ocurra, aún lo es más que sea el Gobierno quien en vez de evitarlo de algún modo lo promueva.
Yolanda Barcina en su discurso de investidura además de hacer una utilización totalmente sexista del lenguaje, olvidándose de los consejos que el Gobierno de Navarra ha publicado, se permitió el “lujo” de omitir y esconder prácticamente por completo a las mujeres. Su única mención a las mismas fue cuando habló de la violencia contra las mujeres, que todo hay que decirlo colocó por detrás del terrorismo e incluso de la seguridad ciudadana, no habrá visto que desgraciadamente los datos nos dicen que hay más víctimas por violencia de género que por el terrorismo.
Muchos planes, todo fueron planes en el primer discurso de la Sra Barcina, pero se le olvidó precisamente mencionar la necesaria renovación del plan para la igualdad entre mujeres y hombres 2006-2010, que a pesar de haber concluido en el tiempo está muy lejos de cumplir sus objetivos. No tenemos que remontarnos demasiado en el pasado para recordar el fatídico anuncio de las niñas que querían ser princesas, pero esto no fue más que la punta del iceberg. El Gobierno hablaba de igualdad pero sinceramente ni se la creía ni la trabajaba, hemos criticado en más de una ocasión la falta de perspectiva de género en todos sus planes y políticas pero al menos intentaba dar una imagen que ahora quizá porque la igualdad está a cargo del PSN la señora Barcina parece que ni se va a molestar en mantener.
Preguntaba esta mañana una amiga del Facebook si esta decisión sería una barcinada o un barcinismo a lo que yo me he permitido contestar que claramente era un bar-cinismo, poco bar y mucho cinismo. Cinismo total de un gobierno cuyo concepto de igualdad tendrá que aclararnos y poco bar, ya que parece ser que las mujeres que con un poco de suerte concilien lo harán entre múltiples labores externas e internas a la casa y los hombres... pues eso, al tiempo libre.
De todas formas, es conocido aquello de que las chicas buenas van al cielo y las malas a todos los sitios, así que yo, que buena no soy, me iré al bar a brindar que se acercan las fiestas de mi pueblo.
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