viernes, 19 de agosto de 2011

¿Sabía usted que la política no es un desfile de moda?

¿Sabía usted que la política no es un desfile de moda?

Reconozco que últimamente me sorprende y preocupa el tono rosa que está tomando la política. La semana pasada con la investidura del nuevo lehendakari comenté que esto estaba tomando un “tufillo” que no me gustaba nada. Quizá sea la influencia norteamericana, con el presidente Obama y su esposa Michelle bailando, quizá sea la influencia francesa con Sarkozy y Carla Bruni. No lo sé, pero se repite y cada vez con más intensidad y más cerca. Ahora es un beso, luego el paseo dándose la mano románticamente, en muchos momentos dudaba si estaba viendo fotos del acto de investidura o de un reportaje de boda, reportajes que dicho sea de paso cansan incluso a la pareja más romántica.
Parece que es de vital importancia la ropa que visten estas mujeres, si repiten o no repiten modelo, si es de tal o cual diseñador, si los zapatos tienen mayor o menor tacón. No tiene el mismo eco si los presidentes, alcaldes, reyes, príncipes y demás llevan unos u otros zapatos, si repiten o no traje o corbata. Los únicos trajes masculinos sobre los que he leído han sido los del Sr. Camps, y no era precisamente para comentar su estilo.
Personalmente, no tengo especial animadversión por la moda, me gusta la ropa, me gusta ver escaparates pero sólo cuando decido hacerlo. Sinceramente, espero otra cosa de un periódico serio que cubre las noticias. Algunas personas que me conocen y que saben que una de mis costumbres, o incluso manías, es la de mirar el porcentaje comparativo de hombres y mujeres que aparecen en las fotos que acompañan a noticias de cierto calado, me han llamado la atención sobre la foto que aparecía en la portada de los dos medios escritos de mayor tirada en nuestra Comunidad. Realmente, la foto es llamativa. Y es que a los ojos de una persona ajena a la realidad navarra sin duda nadie pensaría que las cuatro modelos están clausurando de un congreso de dependencia. Viendo el enfoque glamouroso, más bien podría pensarse en el estreno de una película, en la entrada o salida de un desfile de moda o en cualquier acto social de los que aparecen en las revistas de la farándula.
En uno de los medios tenemos incluso un primer plano de la sandalia de Doña Leticia Ortiz. Me van a perdonar pero no me parece de recibo. Se puede argumentar que mientras se cubra de modo adecuado la noticia no importa si además, de modo adicional, nos hablan de sandalias, rebequitas o chaquetas. Nuevamente no estoy de acuerdo. Valoremos a éstas y al resto de las mujeres por su trabajo, por sus decisiones y no por sus ropas.
En esta sociedad navarra del 2009 me duele ver que aún no somos conscientes de que este tipo de actitudes no favorecen nada la igualdad efectiva de mujeres y hombres.
Para terminar sólo quisiera añadir un pequeño detalle. No, no sabía que la princesa Leticia vistió la misma chaqueta con la que acudió a la tradicional misa de Pascua en la catedral de Palma de Mallorca el pasado 12 de abril. Pero no me interesaba lo más mínimo. Por cierto ¿Sabía usted que mi hijo mayor ha calzado hoy los mismos zapatos que en las últimas semanas? ¿no le interesa? Espero que al menos los haya llevado limpios.
Mayo 2009

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